viernes, 25 de febrero de 2005

Correspondencia

L, tengo la solución para que los celos no cundan. Convencé a S. de que el yoga es más sano que la gimnasia; en esas clases cristalinas el instructor/a es raquítico, habla solo y no te mira a los ojos, y además está lleno de señoras desaliñadas, alguna que otra mozalbeta calentona que se equivocó de sitio y se destaca por la hiperelasticidad, y algún que otro cincuentón trasnochado -dado el caso, éste sería el único espécimen peligroso-. Y si no obtené en esta página el modelo Alfio, que no parece incómodo para acompañar a S. en una clase aeróbica... Volverá intacto, te lo aseguro. Naturalmente, tendrías que guardar la llave en un lugar seguro y seco... Abrazo

OLV"

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